oct
10
Una participación que no sorprendió a quien hubiese oído, desapasionadamente, ese silencio que a veces usa la inconformidad... pareciera el resultado del despeje de la gran imprecisión que de un lado y del otro, muchos tenían sobre sus propias capacidades antes del 26S. Ese aclararse el panorama para quienes jugaron –allende ofertas programáticas- solo al fracaso ajeno como posibilidad de triunfo. Un evento cuyos resultados reales, más allá de los guarismos que con justicia reclaman los bloques en pugna, requieren de una profunda reflexión sobre las motivaciones del colectivo.
Porque el debilitamiento de los partidos que habíamos venido observando, es una infección grave en el sistema. Porque la pérdida del equilibrio entre uno y otro bando...solo lleva al abuso de quienes vencen sin resistencia. Porque todo el poder de un lado, hace intolerable la disidencia. Porque ser elegido o rechazado, no en función de la propuesta o trabajo local, sino de algún proyecto nacional…es una inversión perniciosa en la tabla de valores. Porque ignorar decisiones de las que tenemos que ser responsables, más que una malacrianza, más que una indiferencia...es una semejante estupidez. Porque nadie pude ganar un juego...sin estar en la cancha. Ni una pelea, sin montarse en el cuadrilátero. Porque mientras pensemos con el estómago…será la excreta el único resultado. Porque el país nos requiere a todos, en algún momento, del mismo lado. Porque no hay liderazgo local autónomo, ni legitimación de la dirigencia, ni acatamiento de la voluntad popular…ni disciplina, ni jerarquía, ni respeto a las credenciales…si no hay una relación dirigencia-ciudadano capaz de generar confianza en el liderazgo. Porque es una aberración, que la gente de los partidos para tener vigencia, deba adular y arrastrarse. Conceder y doblegarse. Obedecer y sumirse. Temer y rendirse. Y que de nada valga prepararse, o esmerarse en una sociedad donde vale más una “cuarta” de amigo, que una “vara” de eficiencia. Porque es difícil la trascendencia cuando el liderazgo se construye en el pantallerismo, en la repugnante adulancia, o en el uso indebido de algún cargo público. O en esa perversión de las élites, donde los hombres se miden por lo que son capaces de hacer para complacer...y no por lo que pueden ser por ellos mismos. Porque nadie perdura políticamente, si al final no tiene vida propia. Porque, lamentablemente, nadie aprende en el triunfo…ni acepta su responsabilidad en el fracaso. Por lo que es necesario volver a soñar...para poder construir realidades. Porque nada importante es fortuito….ni producto del azar. Porque hay que entender que solo el trabajo, produce la satisfacción y el cumplimiento del presupuesto requerido. Porque hay que darle un chance a la paz. Porque hay que hacer un alto en los odios. Porque de nada vale descubrir cuán importante somos…si al final, eso no sirve ni siquiera para lograr la propia realización. Porque no tendremos país, ni sueños, ni estado, ni gobierno, ni querencias…y cuidado que ni familia, si no doblegamos el discurso, nos quitamos la franela de color, enterramos el “rastacuerismo”, y en el juego del honor reconstruimos no solo el gentilicio, sino que también la vergüenza. Porque si seguimos quebrando los platos, si seguimos ignorando el momento de las decisiones, si dejamos que solo una parte del país piense por todos...entonces estaremos abonando aridez, el camino del propio bienestar.
Por ello, la lectura de esos resultados no se resume a cuál color ganó o perdió, aunque haya muchos con sobradas razones sacando esas cuentas. Se debe también, desde la vigencia ciudadana, saber si con el evento ganó o perdió el país…sin apasionamientos odiosos, ni referencias subalternas. Evaluar, más allá del partido de nuestras preferencias… si lo del 26S fue bueno o malo para quienes habitamos el país, y para el país mismo en términos cualitativos. Porque en términos cuantitativos -que es como se expresa la democracia- “lo que está a la vista, no necesita anteojos”
¿El 2.012?
Algunos lectores solicitan mi opinión sobre Henri y la gobernación para el 2.012, después del lanzamiento de Luis Reyes a ese cargo por Chávez. A tal efecto, y haciendo la salvedad que faltan dos largos años para ese evento, lapso en el cual pueden pasar muchas cosas en la política regional, les recuerdo que en la columna pasada sostuve que para Henri, al menos en este momento “esa es una aspiración acorde al calibre de sus armas”. La diferencia radica en que antes del 26S él era “el más importante actor de la política regional”…y después de los resultados de esos comicios pasó a ser “uno de los más importantes actores políticos locales”. Posición que, al menos en este momento, comparte –a la luz de los resultados- con Luis Reyes Reyes, Alfredo Ramos, y Eduardo Gómez Sigala…si no inventa, si escucha, si hace un barajo en su comando y se deslastra de chucos y alabarderos, si devuelve el pavoso traje prestado y busca uno propio, si entiende que ahora “Mahoma debe ir a la montaña, y no la montaña a Mahoma”, si aprendió la dura lección…entonces su nombre, o su influencia, estarán en la mesa de juego. Aunque no deje de resultar curioso que después del 26S la ironía la plantee una dura realidad….quien apenas semanas atrás se decía poseedor del 84% del electorado…hoy deba buscar en la “mesa”, a través del acuerdo, el apuntalamiento de cualquier posibilidad de victoria…
PATIBULARIO
• Uzcátegui… el pagador de los platos rotos
• Luis Jonás…consolidado como líder de peso propio en el PSUV
• José Ignacio…legitimado como promisor relevo de la oposición
• Qué vaina!...ayer lo denuncian como corrupto, y hoy lo reclaman en sus filas como líder... cosa ma´grande tú!!
• Julio Chávez, contra todos los pronósticos…derrotado por su compañero de fórmula.
• Capriles R. y L. López fracasaron el 26S en tratar de imponerle a la oposición, desde Caracas…sus propias conveniencias. Aunque insisten!
• Pregunta Jesús Rondón: ¿el pacto es Henri para la Gobernación y alguien de la Mesa para Iribarren?..o viceversa, como diría un amigo!
• Julio Anzola…en el inventario de una nueva dirigencia
Diario El Informador 10.10.10
Controversia
Lic. Víctor M. Barranco C.
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